El afán por silenciar el conocimiento es tarea presurosa del actual régimen. La explicación se encuentra en las entrañas mismas de este pernicioso proceso: legitimar la miseria como forma de control social y lograr el total sometimiento de los pobladores del país.
Es esencialmente la tarea de oscurecer la inteligencia y el saber como forma de progreso, igualando en lo absurdo a quienes se tienen que gobernar. Si algo molesta a los gobiernos de corte fascista es tener que enfrentar a quienes aportan ideas y elementos de desarrollo. Por el contrario, se estimula el odio social, se enseña y se obliga a odiar selectivamente. Se impone el odio contra el inteligente y conocedor si no es afín al régimen. Se obliga a odiar a los ricos no chavistas; no contra chavistas nuevos ricos; a los "imperialistas", sólo aquellos que no son del agrado del régimen; pero se silencia a Cuba, Irán, Corea y otros países gobernados por tiranías criminales. Ese odio es un método, pues entre los mismos copartidarios se siembra el odio contra la inteligencia y el rival.
Lo patético es que del otro lado, la reacción es igual, pero con menos posibilidades de imposición, pues el odio antichavista es una ejecución de la ley de la acción-reacción, en la cual como un acto de defensa se responde con la misma conducta.
Ante este tormento social que propicia y tiende hacia el control y sometimiento total, aun a costas de vidas y bienes, se impone la cordura y la educación familiar de la población.
Ante este tormento social que propicia y tiende hacia el control y sometimiento total, aun a costas de vidas y bienes, se impone la cordura y la educación familiar de la población.
Contrarrestar lo irracional con explicaciones sencillas pero inteligentes, alertar, pero sin sectarismos ni conductas iguales a los voceros del régimen. Imponer la tolerancia sin cobardía. Hacer notar la diferencia entre unos y otros, sin exclusión. Comparar lo que el régimen dice con lo que en realidad hace y sobre todo la comunicación por todos los medios de las situaciones que a diario se plantean y sus interpretaciones diferentes a la versión oficial. Si incentivamos el odio, ayudaremos a destruir el país.