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martes, 21 de julio de 2009

La Educación de los Niños


La educación de los niños se ha visto complicada en los últimos años por varios factores externos que han venido a condicionar las siempre complejas relaciones entre padres e hijos.
En muy pocos años hemos pasado de un modelo de educación basado en la autoridad tanto de los padres como de los educadores, en el que al hijo solo le quedaba obedecer y callar, a uno mucho más abierto y participativo.

Con frecuencia oímos los siguientes argumentos: “Si yo de pequeño hubiera contestado así a un profesor estoy seguro que me abría partido la cara. Y en casa mi padre me la hubiera vuelto a partir.”

La autoridad de los padres y de los educadores se basaba en un gran porcentaje en la amenaza y en el castigo físico. Era normal dentro del sistema educativo darle una bofetada a un chico “si no se portaba bien”.

Ahora esos planteamientos son socialmente inaceptables.

Los niños tienen reconocidos unos derechos inalienables. Nadie puede poner la mano encima de un niño sin correr el riesgo de que todo el peso de la justicia caiga sobre él.

Todo esto está muy bien. No es de recibo que los niños reciban castigos físicos sistemáticos en un centro supuestamente educativo o en su casa.

El mundo está lleno de personas desalmadas que no encuentran mejor manera de desahogarse de sus frustraciones que infligiendo castigos y sufrimiento a los más débiles, y entre ellos a los niños.

Lógicamente los poderes políticos se han hecho eco de este clamor social y han dispuesto todo un entramado de medidas, de normas y de leyes para preservar los Derechos de los Niños.

¿Pero como encaja todo este cambio con la función de los educadores? ¿No es cierto que ante este cambio radical los padres se encuentran evidentemente desorientados?

Se puede resumir diciendo que la figura en la que se centraba la educación tradicional era la del padre autoritario, mientras que ahora la figura central de la educación actual es el niño tiránico y caprichoso.

A los padres, y educadores en general, les cuesta mucho trabajo decir “no”a sus hijos.

Las consecuencias de ello no pueden ser más nefastas.

Muchos de estos niños adolecen de una educación excesivamente permisiva.

La falta de autoridad y de unos criterios claros en la educación de los hijos por parte de los padres lleva a problemas tan sustanciales como la falta de adquisición de un sistema consistente de valores, falta de respeto hacia padres y educadores, tendencia a la desobediencia, indisciplina, al capricho, falta de responsabilidad, etc...

Saber aplicar una cierta dosis de disciplina, y de autoridad en las relaciones con los niños no significa quererlos menos, todo lo contrario. Exige un esfuerzo suplementario de amor, tacto y sobre todo de inteligencia.

Este es quizás el mayor escollo con el que nos encontramos a la hora de saber poner límites en la educación de los niños.

3 comentarios:

  1. En términos generales, el profesional de Educación Integral deberá estar capacitado para la estimulación y facilitación del aprendizaje del niño en edad escolar y para el diseño, aplicación y evaluación de estrategias curriculares.

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  2. Demostrar capacidad para innovar en el campo de la educación en las dos (2) primeras etapas de la Educación Básica, especialmente en tiempos de nuevas tecnologías y paradigmas educativos de competitividad, productividad, globalización y calidad total.

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  3. Considero que las actividades que planifiqué y desarrollé para el Área de Lengua y Literatura resultaron provechosas y permitieron alcanzar los objetivos previamente propuestos, promoviendo el mejoramiento de la expresión oral y escrita de los niños. Por tal motivo quisiera presentar un breve resumen de las mismas, a fin de compartir estas ideas y propuestas con otros maestros interesados en experimentar en sus aulas estrategias y actividades variadas para el Área de Lenguaje.

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